lunes, 18 de junio de 2018

Ojos brillantes

Todo es cuestión de lo que transmitimos al mundo, lo que enseña un reflejo de nuestro espectro, una copia del estado de nuestra alma. A veces aparentamos felicidad y normalidad, pero nuestros ojos nos traicionan. La energía que emana de nuestra alma nos traiciona. Y la gente que la puede captar con la suya y puede ver la máscara que se aposenta sobre nuestros actos, sabe a ciencia cierta que algo esta pasando. Así es como nosotros mismos, consciente o inconscientemente, somos sinceros con el mundo. El efecto contrario produce, inequívocamente, una falsa sensación de normalidad. 

Escuché hace no mucho una conferencia TED de Benjamin Zander, a la cual os dirijo en el siguiente link. En ella, hablaba de ojos brillantes. Esos que se ven cuando una persona está haciendo cosas que le entusiasman, que le interesan. Hablaba este buen hombre de cómo los ojos de la gente que escucha música clásica les brilla de una forma especial. Y, inevitablemente, tuve que pensar en lo que a mi me hace brillar los ojos. ¿En qué situaciones me siento realizado, contento, entusiasmado? Bueno. La respuesta es personal, pero les animo a que ustedes mismos se hagan ésta pregunta. ¿Qué hace que les brillen los ojos? Les voy a confesar mi respuesta.

Levantarme por la mañana, que durante la noche haya tenido un sueño y sentarme delante del ordenador hasta que no he acabado de darle la forma que imagino. Esto hace que me brillen los ojos. Encontrar entre una montaña de papeles (esa montaña que les describí en la primera entrada de este blog, allá por el 2015) algo escrito que me evoque satisfacción, pues he conseguido llevar a buen puerto esas ideas. Esto hace que me brillen los ojos. Salir de la normalidad, de la monotonía, enfrascarme en proyectos nuevos, dispares y que me obliguen a salir de la caja en la que vivo confinado. Esto hace que me brillen los ojos. Ayudar a la gente desinteresadamente, querer ayudarla y, en efecto, que los resultados de mi ayuda provoque un cambio positivo. Esto hace que me brillen los ojos. Leer hojas del pasado, llenas de tristeza y rencor, y comprobar que cada vez mi interior deja de albergar sentimientos negativos y, en su lugar, hay mas sentimientos de felicidad, alegría y perdón. Esto hace que me brillen los ojos.

Así, es necesario muchas veces saber que los pensamientos negativos no son para nada beneficiosos. Creativos tal vez, pero es injusto vivir martirizado por una guerra que acabó hace mucho tiempo. Así que, les animo a ver la luz dónde la oscuridad se ha adueñado del lugar. Aprendamos a ser imparciales, a luchar por causas justas, a no enfadarnos injustamente. Y cómo leí hace no mucho “no dejemos terminada una conversación con algo que no quisiéramos que fueran nuestras últimas palabras”. Encontremos aquello que hace que nuestros ojos brillen y querámoslo como parte de nuestro día a día. 


Miradas vacías

Cada cual enfoca su vida desde una perspectiva u otra, lo que nos convierte a todos en una realidad, con muchísimos matices, con infinidad ...