miércoles, 4 de julio de 2018

Tabula rasa

Respiro. Tomo aire. Cierro los ojos. 

Cuando uno sufre, sufre mucho, en muchos aspectos, cree que siempre va a ser así. Es como cuando nos dicen que la reiteración sucesiva de una frase, hasta la saciedad, implica que en un punto, en la vez mil o mil y una, de tantas veces que nos la hemos repetido o nos la han dicho, creemos que es una verdad. ¿Qué pasa cuando esta frase es "no vales nada"? ¿O "no sirves para nada"? ¿O "no te mereces nada bueno"? Sucesivamente, nuestra autoestima se derrumba, se colapsa, cede bajo nuestros pies. Y acabamos creyéndolo. Lo repetimos en nuestra mente. Y luego, toda esa repetición, se transforma en nuestros actos, en nuestra forma de pensar, en nuestra toma de decisiones. Y al final, nos cansamos. Nos cansamos de sentirnos mal, con nosotros mismos pero también con lo que tenemos a nuestro lado. No lo valoramos lo suficiente porque, sin motivo aparente, dejamos de entenderlo como se merece. De este modo, perdemos a personas, desechamos oportunidades y seguimos en el mismo bucle. 

Me voy. Si. Tres meses. A llevar a cabo un voluntariado a Bolivia. Y desde hace siete meses, mi forma de ver el mundo ha cambiado radicalmente. Siento cómo si hubiera motivos para luchar, y a la vez, tengo fuerzas para emprender esa lucha en la que no habrá vencidos, sino vencedores. He eliminado pensamientos de esos reiterativos y destructivos del principio, de esos que te hacen permanecer en un estado constante de tristeza y ansiedad. Una amiga me dijo:
- Cuando vayas allí, tabula rasa. 
Y, en efecto, así es. Cuando uno está mas dispuesto a conocer, a experimentar y a vivir, mas busca para conseguirlo. Cuando una persona es buena, o tiene pensamientos buenos, acaba pasándole cosas buenas. Y lo mejor es luchar sin esperar nada a cambio. Y cuando levantas los ojos de la tierra, y te das cuenta de quienes están a tu lado, entiendes que no necesitas mas. Felicidad y ganas para emprender, crear o simplemente ayudar con palabras amables a quienes están a tu lado. 

Desde aquí, desde estos sentimientos tan alegres sobre los que escribo, quería daros las gracias. A quienes leéis este blog constantemente como aquellos que habéis caído aquí, por arte de magia, sin esperarlo. Escribir y dar forma a mis ideas ha sido y es gran parte de mi razón de ser, y este blog, como las centenares de páginas escritas que guardo a buen recaudo, ha sido el motivo por el cual he pasado de la tristeza mas absoluta hacia el entusiasmo alegre. Al igual que mi familia y mis amistades qué, durante este periodo de ausencia de alegría, me han ayudado y me han reconfortado cuando mas solo creía que estaba. Mantengo a buen recaudo este blog. No se si escribiré durante estos meses. Voy con la idea de la desconexión, lo que no significa que no vaya a escribir. Sería como privarme de respirar. Seguiré creando, pero ahora mas que nunca, con fuerza y alegría. 


Miradas vacías

Cada cual enfoca su vida desde una perspectiva u otra, lo que nos convierte a todos en una realidad, con muchísimos matices, con infinidad ...