jueves, 6 de abril de 2017

Voy a mentirte

Voy a mentirte y te voy a decir que estoy mal, para que así se descubra tu verdadero ser. Si por aquel entonces me querías, vas a preocuparte, vas a demostrarme que aún quedan resquicios de lo que un día se acabó Si por aquel entonces todo era un engaño, disfrutarás con mi sufrimiento, mi dolor, todo fingido ahora. Porqué yo ya lo he superado, he pasado página. Pero no puedo negarte que mi futuro aún huele a tus recuerdos. 

Voy a mentirte y te voy a decir que soy feliz, que la vida me va bien, que he conseguido avanzar, que ya no me importa el pasado, que ya no pienso en ti. Tal vez, así, alguno de los dos pueda ser feliz. ¿Por qué negarte que cada mañana anhelo el olor de tu tibio cuerpo entre las sábanas? ¿Por qué negarte que cuando vuelvo a casa, después de un día agotador, espero escuchar tu voz o tus suspiros que me den la bienvenida? ¿Por qué negarte que de vez en cuando, espío detrás de esas puertas que juro haber cerrado para ahogarme en lágrimas y penas malditas, solamente para recordar aquellos momentos en los que todo parecía ir bien, aunque no fuera así? ¿Por qué negarte que añoro tu pasotismo, tus ganas de quedarte en casa, mirando la tele o hablando despreocupadamente? 

Voy a mentirte y te voy a decir que sé como reponerme de todo con una rapidez envidiable. Voy a decirte que ya nada me importa, que ni el futuro ni el pasado me atormentan, que solamente vivo el día a día como si no hubiera un mañana. Tal vez así, entiendas que nunca fui una persona de corazón fuerte. Al contrario, el latido de mi corazón me marca los pasos que debo seguir, siempre moviéndome en una dirección perdida entre un sinfín de dudas. Te lo dije una vez y te lo voy a decir la próxima vez que nos veamos: dudo. Y esa eterna incógnita es la que me hace permanecer en un estado de trance constante. 

Voy a mentirte, porqué tal vez así me vas a entender. Cuando te decía la verdad, nunca la valorabas lo suficiente. Y ahora, que he caído, y no te tengo a mi lado, y tampoco tengo a nadie para consolarme, todas las dudas se agolpan en mi mente. ¿Por qué en su día fingí una sonrisa? ¿Por qué cuando me preguntabas “¿estás bien?” yo te respondía que sí, solamente para no preocuparte? ¿Por qué cuando nos distanciamos no quise escuchar más tu voz? ¿Por qué acaso de la noche a la mañana dejé de amarte? ¿Por qué acaso te olvidé en un segundo y luego empecé a rehacer mi vida? No. La respuesta a todas esas preguntas que te has hecho es el rotundo no. Pero aún así, no quise ni quiero hacerte daño. Quiero seguir haciéndote creer que no te añoro, que no lloro por la noches, que no te anhelo. Sigo siendo un egoísta, no con el mundo, sino conmigo. Es un de mis miles de defectos: me preocupo antes por el bien de los demás antes que por el mío propio. 

El domingo, en mis redes sociales (@fantasmaverdad en Twitter y El fantasma de La Verdad en Facebook) habrá una publicación especial, a las 22:00 horas! 


Miradas vacías

Cada cual enfoca su vida desde una perspectiva u otra, lo que nos convierte a todos en una realidad, con muchísimos matices, con infinidad ...