lunes, 13 de marzo de 2017

La falsa libertad

Anaranjado, infame y desproporcionadamente mencionado. Así, entre críticas de opositores y alabanzas de defensores, se da publicidad a un mensaje plagado de odio. La incoherencia reside, sin mas, en querer excusar sus opiniones retrogradas amparándose debajo de un paraguas que lleva el nombre de libertad. Libertar es, o así lo entiendo yo

Ser capaz de dejar volar y volar alto uno mismo, sin barreras ni imposiciones. Libertad es, esconder las alas y amparar con ellas a quien necesita ayuda. Libertad es dejar de volar para ayudar al prójimo.

Libertad es no propagar odio por medio de mensajes cruelmente dirigidos a las juventudes en contra de un sector eternamente perseguido y vejado. Inquisición gay, nos llaman. Vaya tela. Por quienes van faltos de clases de historia, la inquisición fue un tribunal eclesiástico que inquiría y castigaba los delitos contra la fe (RAE). Y por delitos contra la fe se consideraba allí por el siglo XII la homosexualidad, la brujería, la herejía. Y hoy en día, como si no fuésemos lo suficientemente acribillados y masacrados, quieren imponernos tal cruz. No. SeñorXs, nosotros no representamos tal asociación. Nosotros estamos en contra de cualquier discriminación, de cualquier propaganda de odio, de los mensajes creados malintencionadamente para mortificar a una asociación para que las nuevas generaciones la vean como algo malo. No, no estamos enfermos. No, no nos podrán callar. Nosotros no excusamos nuestras protestas detrás del odio, sino de la libertad. Nosotros no excusamos a quienes cometen delitos.

Interesante es la fe, como aquellos que la profesan. Interesante es el concepto que se tiene, a veces distorsionado, a veces manipulado. Interesante es amparar abusadores y asesinos detrás de una fe, por el simple hecho de creer. Y si yo no creo, ¿qué pasa?. ¿Acaso formar parte de un colectivo u otro nos convierte automáticamente en seres contra los que purgar una falsa creencia? Quienes consiguen separarnos han conseguido su cometido: fomentar la discriminación, el odio mutuo. Pero no, yo no siento odio, sino tristeza. Tristeza por todos aquellXs jóvenes que se sienten atraídos por alguien de su mismo sexo o por los dos, por todos aquellXs jóvenes que sienten que su identidad sexual no es la que se le viene impuesta. Siento tristeza por todos aquellos que se creen enfermos, cuando la homosexualidad no es, ni ha sido, ni será nunca una enfermedad. Siento tristeza, para acabar, por todos a los que nos han insultado por formar parte del grupo LGTBI, o incluso por defenderlo. Que nos han insultado, pegado, amenazado e incluso matado. Por todos aquellos que sufren, que sepan que no estarán nunca solos. Hay un vasto mundo plagado de libertades mas allá de mensajes de odio.


Miradas vacías

Cada cual enfoca su vida desde una perspectiva u otra, lo que nos convierte a todos en una realidad, con muchísimos matices, con infinidad ...