domingo, 19 de febrero de 2017

Over the Castle

"No puedes pretender aceptar a la sociedad si no empiezas aceptándote a ti mismo, con todos tus defectos" 

Fui yo hasta que me perdí. Cuando dejé que el caos dominara mi toma de decisiones, empecé a perder el rumbo, mi identidad quedó relegada en un segundo plano y lo que antes era imprescindible, adquirió una tesitura mas banal, ninguneada por el que realmente le importó en un momento concreto. A medida que van pasando los años, vamos cambiando nuestra mentalidad, olvidando cosas, personas, substituyéndolas por nuevas, porqué dejaron de ejercer aquel efecto que nos mantenía pegadas a ellas. Esa especie de placebo, de calmante que duerme los sentidos para dejar florecer nuevas quimeras, de procedencia desconocida, de un efecto tan dispar que afecta de manera tan diversa dependiendo de las personas. 

Seguramente todos hemos recordado a lo que aspirábamos cuando éramos pequeños, a aquellos sueños que pintaban imposibles. Algunos queríamos ser médicos, profesores, astronautas, bailarines, músicos, otros simplemente vividores del flujo continuo de la sociedad. Cada uno soñábamos, o mas alto o mas bajo, pero todos soñamos alguna vez. Pocos, tristemente pocos, lograron entender que para que los sueños se cumplan, uno debe sobrepasar los límites de lo conocido, debemos otear horizontes por descubrir, sin miedo a lo que podríamos encontrarnos en esos mundos nuevos. Lo que entraña el futuro es, inelegiblemente, lo que entrañan nuestros sueños. ¿Tenemos fuerzas? Los vamos a alcanzar. ¿Tenemos ganas? Los vamos a disfrutar. ¿Tenemos miedo? Simplemente los vamos a ver pasar. 


Miradas vacías

Cada cual enfoca su vida desde una perspectiva u otra, lo que nos convierte a todos en una realidad, con muchísimos matices, con infinidad ...